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Saturday, November 04, 2006

Lo más "Freak" del Guinnes

Con gran admiración miraba la biblioteca del padre de un amigo, cuando por aquellas casualidades me encuentro con la última versión del Libro de Records “Guinnes”. No corresponde poner en tela de juicio que la Biblia, Don Quijote, las obras de Shakespeare o un par de obras más, se cuentan entre los más editados y difundidos de la historia. Pero no sé, si hay otro que embelese tanto la atención como éste.

Obsesionado por saber su trascendencia en la humanidad y con la interrogante de conocer porque hay tantas personas en el mundo que son capaces de jugar con su vida para aparecer en sus páginas, me adentro en reportear sobre este vademécum.

La primera edición fue publicada en 1955, pagada por la cervecera irlandesa Guinness tras un debate en un pub sobre cuál sería la especie más rápida de ave de caza. Esta discusión no tuvo conclusión al no haber a la mano libros de referencia que incluyeran este dato.

La investigación necesaria para la primera edición fue conducida por Ross y Norris McWhirter, gemelos atletas y periodistas británicos, quienes también conducían una agencia de investigaciones en Londres. Después de que el primer libro se convirtió en un éxito inesperado, se imprimieron muchas ediciones subsecuentes. Con el tiempo, se creó un patrón de revisiones anuales, publicadas cada octubre para coincidir con la época de ventas navideñas. Los hermanos McWhirter continuaron con la publicación de los Libros Guinness por muchos años.

Las ediciones más recientes se han enfocado en los récords impuestos por competidores humanos. Las competencias van desde las más obvias como levantar grandes pesos hasta las más curiosas como el lanzamiento de huevos a distancia y el mayor número de perritos calientes (o completos) que pueden ser comidos en diez minutos, aunque los récords sobre consumo masivo de alimento ya no son aceptados por cuestiones legales.

Además de competencias, también se incluyen datos como el ser humano más alto (Robert Pershing Wadlow), el tumor más pesado, la planta más venenosa, el río más corto del mundo, ser el campeón mundial de escupir pepas de sandias; tener la lengua más dura del mundo, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera y etcétera.


Es por eso, que en el Guinness no hay nada, por increíble que parezca, que no se registre a condición de que sea lo más relevante y destacado en la materia. Por ejemplo, aparece la palabra con el mayor número de acentos; la francesa hétérogénéité que significa Heterogeneidad.

Si bien hay que precisar que existe un topónimo o nombre propio que la iguala, el nombre de un arrecife en medio del Océano Pacífico, situado a 320 millas al Sureste de Tahití y que se llama Héréhérétué.

Y siguiendo en los “freak” del Guinnes, un aborigen neocelandés solicitó protección legal para el nombre de la montaña más largo del mundo: Taumatawhakatangihangakoauauotama-teaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu, palabra que significa: "la eminencia del monte donde el hombre de las grandes rodillas, que resbaló, escaló y devoró las montañas y que viajó por el país tocando la flauta para su bienamada". ¿Curioso, por decir lo menos?

Por ejemplo, aparece en esa versión quien fue la estrella cinematográfica que estableció la marca de correo de admiradores. Hay que retroceder hasta 1921, cuando Chaplin regresó a su ciudad natal, Londres. En tan sólo tres días, recibió 73.000 cartas, siendo la mayoría de ellas ofertas matrimoniales.

Sir Alec Guinness, quien no tiene nada que ver con el libro, aparece con el récord de mayor cantidad de roles interpretados en una sola película. Fueron ocho; uno de ellos femenino.

El personaje más repetido en la tradición del cine es Sherlock Holmes. Desde 1900 ha sido interpretado por 75 actores en 211 películas. O saber que la mayor cantidad de seres humanos aparecidos en una película fueron 300.000 hindúes de la India en una secuencia de 125 segundos de la película Gandhi.

La mayor cantidad de animales que nunca haya figurado en el celuloide, fueron 8.552. Entre ellos encontramos: 3.800 ovejas; 2.448 búfalos, 950 asnos; 800 caballos, 512 monos, 17 toros, 15 elefantes, 6 mofetas y 4 avestruces, en La vuelta al mundo en 80 días, aquella donde Cantinflas hacía de criado de David Niven.

Aparece también la actriz que más veces cambió de vestidos en una única película. Fue Madonna en Evita: 85 diferentes. A los cuales hay que añadir, 45 pares de zapatos, 39 sombreros y 56 pares de aros.

El ósculo más largo de la historia del cine se remonta a un lejano, 1949, cuando Jane Wyman y Reg Toomey estuvieron intercambiando microbios orales por espacio de tres minutos y cinco segundos, en la película “You’re In The Army Now”. El galán falleció 42 años después. Ella vive y estuvo casada con un tal Ronald Reagan.

Después de la inconmensurable visita al libro Guinness de los Récords, sonrió pensando cuan monótona ha sido mi vida. Debo reconocer que jamás imaginé aprender tantas cosas que no sirven para nada...

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