
Pues bien, lo curioso de todo este momento es que me puse a pensar en los “chileno” que somos los chilenos cuando de festejar se habla. Un ejemplo. La Independencia la celebramos en el parque O´higgins. Como es eso, celebrar el cumpleaños de Chile en un parque cuyo apellido de tal prócer es de descendencia directa peruana.
Otra curiosidad, nuestro baile típico es la cueca y su variantes (la cueca sola, cueca chora, cueca nortina o del valle central, lo divertido es que público es que en las fondas sólo se baila cumbia. En otras actividades, la cuestión no es distinta. Recordar por ejemplo que al comenzar la década de los noventa todos éramos hinchas furiosos del Real Madrid; obvio, si nuestro embajador ante la UNICEF, Iván Zamorano era el goleador de ese tan chileno equipo.
Le peleamos a nuestros hermanos del Perú que el Pisco es chileno, cuando existe documentación para demostrar que Perú no sólo tiene la palabra pisco dentro del vocablo quechua, sino que poseen el primer mapa del Puerto de Pisco fechado en 1574. Además, se han encontrado escritos que fechan la fundación de la Villa de Pisco en 1640, a lo que se suman datos fehacientes de las tecnologías utilizadas para producir este licor en el siglo XVI. El cual era realizado a base de un jugo de uvas frescas, vertido en botijas de arcilla, para luego destilarlo y trasformarlo en un brebaje transparente y mágico.
Luego de toda esta reflexión, la música en ese vecino departamento seguía sonando. Yo, este modesto estudiante de Periodismo continuaba escribiendo este, aún más modesto trabajo y rememorando mil historias de chilenidad compulsiva. Lo divertido de toda esa celebración vecinal, es que los parroquianos de ella, celebraban una festividad gringa, escuchando a esa notable banda de músicos cubanos, Buena Vista Social Club. Como dijo Condorito, exijo una explicación, Plop!!
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